Crecer es un deseo natural de todo pequeño... es el proceso obvio para ser grande... es lo que buscamos en nuestro trabajo, negocio o empresa, en los estudios, y profesión, en lo espiritual y también en el número de creyentes de nuestras congregaciones. Pero hay gente que solo crece, restándole a los demás... Son parásitos que succionan la vida de otros... sanguijuelas que quitan y no añaden (Proverbios 30:15)... quieren desacreditar para ser escuchados... usan veneno de opinión para, según ellos, crecer en su ministerio... se dicen pescadores de hombres pero usan su red para cazar peces de otro estanque, y son ladrones de almas. Dios no apoyará nuestras palabras si lo único que hacemos es hablar mal de aquellos que van adelante de nosotros... no creamos que descalificando a los que nos aventajan podremos obtener los lugares que ellos dejarán vacantes, porque la carrera cristiana no es así. Y Cristo jamás crecerá dentro de nosotros destruyendo a otros, pues Él fue e
Palabras pastorales para un mundo necesitado.