VENDEDOR DE TENTACIONES
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable
a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto,
y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Génesis 3:6.
Él estaba totalmente resentido, esperando poder meter su mano en
aquella maravillosa creación… planificó su venganza… usó sus impresionantes
dones que le hacían orgulloso de sí mismo.
Sabía que era un vendedor impresionante, hecho demostrado cuando atrajo
hacia sí mismo la tercera parte de los seguidores de su acérrimo enemigo. Él sabía que era un ser sumamente carismático
y nadie podía convencerlo de lo contrario.
Así que animado con esa autoestima, hizo su estudio de mercado para
detectar las necesidades de consumo de su grupo objetivo, estableciéndolo
mediante el propósito optimista de derribar al máximo emblema de la creación de
la tierra.
Fijó su estrategia paso a paso, teniendo que presentarse con el cliente, haciendo una presentación del producto con el objeto de cerrar el trato. El producto no era tan importante, lo que importaba era cómo hacerlo atractivo para la vista, así que se concentró en vender aquel fruto que les era prohibido, porque tenía la ventaja de que lo prohibido es lo más fácil para vender, por lo que se puso a trabajar. Primero estudió a la mujer, su forma de ser, el tiempo en que paseaba por el huerto y pasaba cerca de aquel fruto, luego pudo distinguir sus preferencias y fue entonces cuando pudo estar seguro que estaba lista para venderle aquella tentación.
Hoy en día el vendedor de tentaciones continúa estudiando nuestras preferencias, analizando aquellos productos prohibidos que nos puede ofrecer… luchando por hacer que aquellas cosas aparenten lo mejor… no le importa el producto que nos vende, no importa si verdaderamente es atractivo, él lo hará atractivo con sus palabras...nos seducirá si se lo permitimos.
No nos conviene comprar algo que él nos venda, por eso solamente alejémonos de cualquier publicidad que nos trate de ofrecer… aléjate de aquello con lo que él te puede vender la tentación y jamás te hará caer.
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