El Verdadero Evangelismo. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Hechos 26:28. Agripa no se convirtió, pero no por que Pablo fuera un mal evangelista, fue su decisión. Porque "el evangelismo" no se trata del poder de persuación, no se trata de sistemas psicológicos para convencer, ni tampoco estrategias de atracción de multitudes... se trata de una decisión que está en el fondo del corazón de un pecador; un pecador que está en ese momento justo de derrumbarse delante de un Dios Todopoderoso, ese momento que el maestro describía como "la mies madura". Cuando la mies está madura, lo único que nos resta para hacer al predicar el evangelio es decir "arrepiéntete y recibirás perdón de tus pecados" y como consecuencia estaremos viendo el milagro más asombroso y maravilloso que Dios puede darle a los hombres: La Salvación.
Palabras pastorales para un mundo necesitado.