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Mostrando entradas de febrero, 2013

Pidiendo hasta recibir la respuesta

Pedir sin desmayar. También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre,  y no desmayar, (Lucas 18:1) Lucas 18:1-8. En esta parábola vemos a una mujer pidiendo y volviendo a pedir hasta el cansancio la misma cosa, a aquel juez injusto, dándonos a entender que no debemos darnos por vencidos en la oración. ¿Quién dijo que había que pedir solamente una vez? El Señor Jesús nos insta a meternos en oración constante, repetir la oración hasta recibir una respuesta de nuestro buen Dios. ¿Quién dijo que pedir una vez era cuestión de fe? La fe es pedir hasta recibir una respuesta, aceptando con gozo ya sea un "si" o un "no" de nuestro Padre Celestial. ¿Quién dijo que pedir más de una vez es faltarle el respeto a Dios? Jesús dijo que haría justicia a sus escogidos, que claman a él "día y noche" (Lucas 18:7) Dios escucha la oración de aquellos que piden, sin embargo, alguien que deja de pedir, se ha dado por vencido en la batalla

El hermano del hijo pródigo

La bendición de no alejarse... (Lucas 15:11-32) Siempre había tenido cierto rencor contra su hermano menor, que había sido el consentido de papá desde que tenía uso de razón… no entendía el porqué de tal favoritismo; ¡era injusto! Se decía.   Papá le perdonaba mil y una malcriadeces, y él aunque se esforzaba para darlo todo, nunca sentía que era suficiente; su hermanito como siempre se salía con la suya cada día, y esta situación le parecía insoportable.       Toda la vida había sido así… pero hoy ¡había sido el colmo!… el dinero que les había heredado su papá lo había malgastado en juergas y alborotos.   Acertadamente lo había anticipado; ese muchacho acabaría mal y en merecido desenlace… al fin… la justicia había actuado con firmeza.   Sin embargo, ese día al llegar a la casa de su padre, oye música de alegría y de fiesta… era él, que descaradamente había regresado sin vergüenza… papá le había cocinado un cabrito de los buenos, anillo de oro había puesto en s

Velando por el prójimo

No mirando solo por nosotros mismos. No mirando cada uno por lo suyo propio,  sino cada cual también por lo de los otros. Filipenses 2:4. Un ser humano dificilmente piensa en otra persona antes que en él mismo, el beneficio propio es primero. El instinto de conservación se antepone al interés común.  Amamos a nuestros padres y a nuestros hijos entregándonos de tal manera que hasta nos quitamos el pan de la boca para dárselo a ellos, sin embargo, es el deseo de nuestro Dios que amemos a nuestro prójimo tanto como a nosotros mismos, cuidando de ellos tal como cuidamos de nuestras familias.  Pero Dios nunca nos pediría algo que Él no hubiera hecho en nuestra condición humana, por lo tanto hecho hombre puso Su vida como ejemplo de amor y entrega, dejándose crucificar, negando Sus derechos y sufriendo un castigo inmerecido, pensando en nosotros antes que en Él, para que nosotros le imitemos, dejemos de pensar en nosotros mismos y empecemos a tener consideración por aquellos que nos ro

El morir es ganancia

Detrás de la muerte está el premio mayor Porque para mí el vivir es Cristo,   y el morir es ganancia. Filipenses 1:21. Según el pensamiento humano natural, morir nunca será algo bueno.   El optimista puede aceptar cualquier cosa en la vida como un trampolín para un bien mayor, pero a la muerte jamás le encontrará un argumento confortante.    Normalmente La muerte es triste, deprimente, y frustrante; es la razón más poderosa de nuestras lágrimas y por supuesto… una pérdida total; sin embargo, para el apóstol Pablo, morir era “ganancia”.     Cuando Pablo estaba a punto de morir aseguró que le estaba guardada una corona de justicia,   la cual le daría el Señor, juez justo, en aquel día;   y no sólo a él,   sino también a todos los que amen la venida de Jesucristo (2Timoteo 4:8). Porque el premio mayor está detrás de la cortina de la muerte.   Y es que en el cristianismo el mundo se ve al revés de lo natural, porque el cristianismo es “sobrenatural”,   no es un conjunt

Verdaderamente libres

Verdaderamente libres Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra,   seréis verdaderamente mis discípulos;   y conoceréis la verdad,   y la verdad os hará libres. Juan 8:31-32 . Aunque creer es el principio de la salvación, para ser verdaderamente libres, creer no es suficiente, es necesario permanecer en la Palabra del Señor. Aquellos judíos que habían creído no eran libres todavía, porque no es suficiente creer en Jesucristo, la Verdad (Juan 14:6), es necesario conocerle, y esa Verdad nos dará real libertad.       Debemos p ermanecer en la Palabra que nos ha hablado, en Sus instrucciones, Sus deseos, y Sus órdenes.    Si queremos ser libres de la esclavitud del pecado (Juan 8:34), y gozar de las bendiciones de la libertad, debemos avanzar más allá de ser simplemente creyentes, debemos tener una relación con Jesucristo para poder conocerle, debemos permanecer en cada una de Sus instrucciones y las cadena

Fuente y no pozo

Fuente y no pozo Mas el que bebiere del agua que yo le daré,  no tendrá sed jamás;  sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:14. Aquel que bebiere de esta agua, sería una fuente... aquel que lograra encontrar ese líquido vital, gozaría de la bendición de que dicho líquido brotaría de su vientre.  Ya no tendría que esforzarse para sacar un odre con esfuerzo de aquel pozo... ya no tendría que sacar esa bendición por pequeñas porciones... ya no tendría que esperar para beber, porque esa agua saldría de su interior sin parar... ¡sería una fuente!  Fuente que brota sin parar, fuente de agua viva que salta para vida eterna sin igual, fuente que emana vida para dar y no para recibir, fuente de bendición que es altruista y nada egoísta.  Si eres fuente, eres un dador y un adorador, que llega ante el Padre celestial con el único objetivo de bendecirle y sacar una sonrisa de sus labios... si eres fuente eres un agente de bendición par