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Mostrando entradas de enero, 2013

Victoria en la oración

Triunfo en el Getsemaní. Mat 26:36   Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní,   y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí,   entre tanto que voy allí y oro . La oscuridad de la noche había llegado a su más intenso potencial, el viento silbaba moviendo las hojas de los árboles bañadas con destellos de plata de luz lunar, el frío calaba hasta los huesos... La batalla que había comenzado hacía algunos años estaba llegando a su punto culminante, no había más… este era el día para lo que había nacido…   este día era “todo o nada”.    Él sabía que sería tentado a renunciar, pero el mundo dependía de lo que Él decidiera en esas pocas horas que le restaban a su vida.    Era el momento de pelear, era el momento de intensificar la batalla, era el tiempo de dar hasta el último aliento en resistir.   La guerra se acentuaría aún más en su interior, sus pensamientos lucharían por vencer.    Pero contrario a lo normal, Él no lucharía con espada y lanza, ni mucho men

Cuando somos difamados

Bienaventurados los difamados. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan,   y digan toda clase de mal contra vosotros,   mintiendo. Gozaos y alegraos,   porque vuestro galardón es grande en los cielos;   porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Mateo 5:11-12 Cuando estamos haciendo la voluntad de Dios, seguramente algunos tratarán de desacreditarnos, por medio de suposiciones sin fundamento o mentiras.   Si un pastor prospera monetariamente dirán que es un ladrón, que se roba los diezmos, o tal vez comentarán que es injusto que se haga rico cuando hay tanta necesidad en el mundo, soñando quizá recibir ellos un poco; si un pastor es cariñoso probablemente se lo achacarán a la lujuria, pero siempre habrá una forma de difamar a aquellos que están en la mira.   La envidia fue la razón por la cual los principales sacerdotes condenaron al Señor Jesucristo, y la envidia fue también la motivación por la cu

Más a todos los que le recibieron...

Invitando al Rey a tu casa. Mas a todos los que le recibieron,  a los que creen en Su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Dios Juan 1:12. Recibir a Cristo es una bendición maravillosa... las cosas de la vida pasan a segundo plano, el mundo se vuelve de colores... ahora, dependemos del Todopoderoso quien se convierte en nuestro Padre y nosotros Sus hijos amados.   Como hijos, ahora tenemos los privilegios de ser parte de la familia del Omnipotente, nuestro apellido ha cambiado, nuestra herencia ya no es la que nos dieron nuestros padres terrenales... hoy somos injertados en Él, por lo tanto, somos alimentados por el Señor, quien nos cubre, nos protege, nos alienta, alimenta y sustenta; no hay bendición más grande que esta y nadie en el mundo podría desear algo mejor. Recibir al Señor en nuestra vida es ofrecerle el corazón para morar, es invitar al Rey de reyes a vivir dentro de nosotros, es suplicar por Su presencia en nuestras vidas; no es el simple h

la tribulación como necesidad

La necesidad de tribulación Confirmando los ánimos de los discípulos,   exhortándoles a que permaneciesen en la fe,   y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.  Hechos 14:22 . Es necesario que a través de “muchas tribulaciones” entremos en el Reino de Dios.    Comer, dormir, y respirar son una necesidad, pero aunque parezca increíble e ilógico, también lo son los problemas, los dolores, las aflicciones, las persecuciones, y las angustias.  Dios quiere formar de nosotros Reyes y Sacerdotes, pero para lograrlo tiene que dejar que aprendamos en medio de la Prueba, tiene que hacernos pasar por el desierto para llevarnos de Egipto, la tierra de la esclavitud, hacia Canaán, la tierra que fluye leche y miel.    No hay Reino sin prueba, por lo tanto debemos prepararnos para no desmayar, porque es un hecho que vendrán las tribulaciones. Tenemos que estar dispuestos a permanecer en la fe, como David que fue probado en me

Amar a Dios,es todo lo que necesitas

Si amas al Señor... Respondió Jesús y le dijo:  El que me ama,  mi palabra guardará;  y mi Padre le amará,  y vendremos a él,  y haremos morada con él. (Juan 14:23) Amar al Señor Jesús, es lo más importante que harás en toda tu vida...  si le amas el yugo te sera fácil, la carga ligera, y lo imposible posible.   Guardarás Su Palabra espontáneamente, nadie te tendrá que obligar a cumplir Su ley, pues Él te hará apto para toda buena obra para hacer Su voluntad, y ser agradable delante de Sus ojos (Hebreos 13:21).  Si amas al Señor sobre todas las cosas , le buscarás primeramente cada día, todas tus necesidades serán suplidas (Mateo 6:33), y todas las cosas te ayudarán a bien (Romanos 8:28).   Si verdaderamente  amas al Señor, habrás logrado el verdadero éxito, y sobre todo lo más importante: el Todopoderoso, omnipotente y omnisapiente Dios, vendrá y hará Su morada en tu corazón, nunca más serás el mismo, Él te moldeará a Su imágen y serás de bendición a todos aquellos que te rode

Pidiendo bien

Recibiendo "todo lo que pedimos" Pedís,  y no recibís,  porque pedís mal,  para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:3 . Jesús dijo que "todo" lo que pidiéramos al Padre en Su nombre, Él nos lo daría (Juan 14:13), sin embargo, no todo lo que pedimos realmente lo recibimos, porque pedimos mal; esto significa que debemos "aprender a pedir" todo aquello que necesitamos.    El Señor les dijo a los hijos de zebedeo que ellos no sabían lo que pedían (Marcos 10:38), porque estaban pidiendo según su deseo de ser los primeros y el que quiere ser el primero terminará siendo el siervo de todos (Marcos 10:44); así mismo dijo que solamente si permanecemos en Él y Sus palabras permanecen en nosotros, entonces recibiríamos "todo" lo que quisiéramos (Juan 15:7); permanecer en Él significa que somos sus pámpanos alimentados de la sabia del tronco que es el Señor Jesucristo y si Sus palabras permanecen en nosotros, entonces sabremos lo que pedimos.

La escalera del amor

Ascendiendo hacia el amor Vosotros también,  poniendo toda diligencia por esto mismo,  añadid a vuestra fe virtud;  a la virtud,  conocimiento; al conocimiento,  dominio propio;  al dominio propio,  paciencia;  a la paciencia,  piedad; a la piedad,  afecto fraternal;  y al afecto fraternal,  amor. 2Pedro 1:5-7 . El Señor demanda de nosotros que nos amemos los unos a los otros (Romanos 12:10), a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39), y a nuestros enemigos, aquellos que nos ultrajan y nos maldicen (Mateo 5:44); sin embargo, es tan difícil amar a alguien que no nos corresponde… es tan difícil amar a aquellos que nos rodean solo por el simple hecho de ser nuestro prójimo… es imposible amar a aquellos que nos odian.     El amor es un sentimiento maravilloso que muchos conocemos solamente con aquellos que nos aman y se interesan por nosotros, no obstante, no hay amor más grande que el que tiene aquel que entrega su vida por otros (Juan 15:13).    Jesús nos amó cuando