El impulso del fracaso No hay otro camino más fructífero que el del fracaso, pues es allí donde los hijos de Dios encontramos que todo nos ayuda para bien (Romanos 8:28), es allí donde descubrimos cuán bueno es haber sido humillados (Salmo 119:71), es allí donde el pecado del orgullo es derribado y es allí donde el dolor se convierte en el detonante de algo maravilloso y sublime que jamás hubieramos visto sin haberlo sufrido, ... Moisés no hubiera visto ni de lejos la tierra que fluía leche y miel sin haber andado cuarenta años en el duro desierto; David no hubiera tenido un príncipe heredero de gran sabiduría si no hubiera adulterado con Betsabé; Pablo no hubiera conocido a Jesús sin haber caminado hacia Damasco; Jesús no se habría sentado en Su trono sin haber recorrido el camino del Gólgota, y es más, no hubiera resucitado sin haber muerto primero, porque no hay resurección sin muerte. El camino del justo es como la luz del sol que va en aumento (Proverbios 4:18) hasta
Palabras pastorales para un mundo necesitado.