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Mostrando entradas de 2012

No se ponga el sol sobre tu enojo

No se ponga el sol sobre tu enojo. Airaos,   pero no pequéis;   no se ponga el sol sobre vuestro enojo, Efesios 4:26. Aquí   el apóstol Pablo nos hace entender que enojarse no es ningún pecado, porque a veces no podremos evitarlo, pero mantenerse enojados sí lo es.     Dios también se enoja a veces y nosotros que somos hechos a Su imagen naturalmente nos enojaremos en ciertas ocasiones, sin embargo, el enojo del Señor es solamente momentáneo (Salmo 30:5).   Así mismo nosotros también cuando nos enojemos lo debemos hacer por un momento y nada más...   no debe pasar un día sin que el enojo se esfume de nuestra alma.  Cuando el enojo pasa de un día se ha convertido en “amargura” y la amargura es un pecado que nos destruye lentamente, evita que alcancemos la Gracia de Dios para nuestras vidas y además contamina a los que nos rodean (Hebreos 12:15).     Esaú se contaminó de amargura en su corazón, por que dejó que su enojo contra su hermano Jacob se extendiera día tras día,

No tentarás a Dios

No tentarás al Señor tu Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad,   y le puso sobre el pináculo del templo,   y le dijo:   Si eres Hijo de Dios,   échate abajo;   porque escrito está:     A sus ángeles mandará acerca de ti   y   En sus manos te sostendrán,   Para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.   Mateo 4:5-7. El enemigo intentaba tentar a Jesús, pero si el Señor Jesucristo se tiraba desde el pináculo del templo esto significaba “tentar a Dios”, porque la protección de Dios no debe estar sujeta a manipulación de nuestra parte.     Tentar a Dios es obligarlo a hacer lo que nosotros queremos que haga… tentar a Dios es quitarle la insulina al enfermo de diabetes para que Dios se vea obligado a hacer un milagro… tentar a Dios es hacer un préstamo impagable para que Dios te supla lo que necesitas… tentar a Dios es aquello que llaman “pactar con Él”, prometiendo una cantidad de dinero en un m

Caminando sobre el agua

Caminando sobre el agua... Y cuando ellos subieron en la barca,  se calmó el viento. Mateo 14:32 Pedro pudo seguir caminando sobre el agua... pudo seguir viendo lo sobrenatural en medio de los vientos naturales... pudo seguir siendo sustentado en medio de lo insustentable y dar otro paso más sobre lo imposible; sin embargo, tuvo miedo, no soportó más el arreciar de las olas y quiso regresar al lugar seguro de su barca.   Porque a veces darnos por vencidos calma las tormentas... a veces un paso atrás es suficiente para no seguir enfrentando tempestades... a veces regresar da tranquilidad... a veces volver atrás parece ser la mejor solución a los problemas; no obstante, esto evitará que veamos la mano poderosamente milagrosa del Señor Omnipotente y no podremos vivir en el centro de la Voluntad de Dios.   Pero a Jesús no le molesta eso, no se enoja con nuestros temores... no nos da la espalda cuando ya no queremos seguir adelante... Él simplemente en Su infinita miserico

El juicio comienza en mí

El juicio comienza en mí Hermanos,  si alguno fuere sorprendido en alguna falta,  vosotros que sois espirituales,  restauradle con espíritu de mansedumbre,  considerándote a ti mismo,  no sea que tú también seas tentado. Gálatas 6:1 Uno de los problemas más graves que tienen muchas personas en medio de las congregaciones cristianas es que juzgan sin considerarse a sí mismos... primeramente se creen tan espirituales como para poder pensar que son capaces de restaurar a otros, sin embargo, el Señor dice que no juzguemos para no ser juzgados, por que con la medida que medimos seremos medidos (Mateo 7:1-2) y que quitemos primero la viga de nuestro ojo para poder quitar la paja del ojo de nuestro prójimo (Mateo 7:5).  Estos hermanos tienen la característica de que cuando reciben la Palabra cortante, simplemente la endosan a otros; pues según ellos no necesitan la reprensión de las Sagradas Escrituras, en cambio los demás sí. La Palabra de Dios debe meditarse para hacer un exame

El fin del mundo y la venida del Señor Jesús

El Fin del mundo Y oiréis de guerras y rumores de guerras;  mirad que no os turbéis,  porque es necesario que todo esto acontezca;  pero aún no es el fin. Mateo 24:6 Cuando la gente vio las grandes guerras mundiales, las hambres, y los terremotos profetizados por el Señor Jesucristo en Mateo 24, comenzaron a proclamar el fin del mundo; algunos pusieron fecha a este acontecimiento, vendieron todo lo que tenían, esperando ver la Segunda Venida del Señor, pero lamentablemente eso no sucedió y recibieron una gran decepción.  No obstante, Jesús estaba diciendo que "aún no sería el fin", solamente "principio de dolores" (Mateo 24:8). Cuando Pablo les escribió a los tesalonicenses que no se dejaran sorprender por el día del Señor que vendría como ladrón en la noche y que no durmieran sino que estuvieran atentos porque ellos no eran hijos de las tinieblas sino hijos del día (1Tesalonicenses 5:1-7), ellos se asustaron y comenzaron a vender sus pertenencias y a